domingo, 16 de octubre de 2011
Alicanto.
La leyenda dice que el Alicanto es un ave mágica que puede traer la suerte del minero, ya que habitaría en pequeñas cuevas entre los cerros de minerales del desierto; alimentándose con los minerales de oro y plata.
Se dice que esta mágica ave solo aparece de noche. Al alimentarse, cuando está en ayuno comería el oro o la plata rápidamente y cuando está casi satisfecho, comería lentamente estos metales; y si posteriormente tiene su buche (Bolsa membranosa de las aves en la que acumulan el alimento) lleno de alimento, no podría volar debido al peso de los metales con los que se alimentó. Luego de ello se dirigiría a su nido donde pondría dos huevos, de oro o de plata; dependiendo del tipo de alimento que haya consumido.
Los mineros que lograrían seguir al Alicanto y tenerlo por guía, se enriquecerían; ya que éste los conduciría a los sitios exactos donde existen ricos yacimientos o a los sitios donde hay algún tesoro enterrado. Aun así, se debe tener en consideración que el Alicanto sería muy celoso de su alimento y no desearía compartirlo voluntariamente con los seres humanos.
Sin embargo, si se siente perseguido se dice que esta ave oscurece sus alas confundiéndose con las sombras de la noche. Además aunque el minero sepa que esta ave una, vez ya bien alimentada, ya no podría volar, al Alicanto tampoco le sería difícil huir en estas condiciones si es perseguido, debido a que esta se ocultaría en cualquier recodo o grieta sin dejar ninguna huella de su paso.
Si la persecución lograra ser mantenida a pesar de los intentos del alicanto por esconderse, el Alicanto trataría de confundir y desorientar al minero que quiera perseguirla. Esta acción la realizaría mediante movimientos en que se perdería y aparecería, caminando con pasos más rápidos y a veces más lentos; hasta que en un momento arrojaría una luz muy fuerte que encandilaría a su perseguidor, dejándolo enceguecido en medio de un camino desconocido. La tradición dice que solo mediante una plegaria a la Virgen de Punta Negra, el infortunado podría encontrar la ruta de regreso a su hogar. En el caso de que el minero que la siguiese estuviera poseído de una ambición desmedida, el Alicanto muy enojado, guiaría al minero avaricioso hasta un precipicio o despeñadero; haciendo que sus perseguidores caigan y así mueran.
Debido a lo celoso que sería el Alicanto, se dice que un buen minero solo debe procurar seguirlo sigilosamente, y solo espiar el lugar de la montaña dónde se alimenta esta mítica ave. Posteriormente, solo después que el Alicanto hubiese comido tranquilamente, y tras su partida, el minero se acercaría a la buena veta (concentración) de mineral valioso, para obtener tan anhelados tesoros de la naturaleza. Igualmente los mineros serían felices si llegan a ubicarlo en pleno vuelo, ya que sería seguro que en algún lugar muy cercano existirían buenas vetas de oro o plata.
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